Planteándome un artículo sobre el escaso futuro a medio plazo de la prensa escrita he llegado al siguiente dato que nos ofrece la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT): «El comercio electrónico crece un 52% en España en 2007 » El volumen de compra está muy cerca de los 4.000 millones de euros y son las empresas españolas las que han generado más volumen. Parece que está cerca un cambio en el comportamiento de los consumidores cada vez usamos más el comercio electrónico. Pero sólo lo parece porque al final las compras a través de la red se centran en búsquedas de viajes, juegos de azar y compra de entradas, las compras de siempre.
Las grandes superficies comerciales flexibilizan cada vez más sus horarios. Sin embargo no se esfuerzan en mejorar sus herramientas para la compra on-line. Además el comprador que emplea internet hacer su cesta de la compra no tiene las rebajas que ofrecen otros sectores. Si compras tu seguro por internet es más barato. Si operas con tu banco desde tu ordenador no tienes comisiones y los intereses son mucho más atractivos. ¿Cómo es posible que no sea más barato hacer tu compra habitual por internet? Si la compra va directamente del centro de logística y distribución al hogar se ahorran costes y mantenimiento de superficies comerciales, eso ha de ir reflejado en el precio.
Por otro lado analicemos 2 situaciones:
Situación 1: Voy a comprar con mi lista, me desplazo hasta el centro comercial, tardo 2 horas en hacer la compra y pido que la lleven a mi domicilio.
Situación 2: Introduzco mi lista en la web del centro comercial.
Las diferencias entre la situación1 y la situación2 son 2 horas, habitualmente 2 horas de fin de semana. Las grandes superficies flexibilizan horarios es debido a la falta de tiempo.
Con los datos de la CMT parece que el negocio de la «compra directa» está muy verde en España. Pero ahora que la cesta de la compra es cada vez más cara habría que anticiparse al futuro comportamiento del consumidor. Aunque hay un detalle que merecería un análisis. Las grandes superficies también «nos generan necesidades» y la compra a traves de un frío teclado no facilita que nos aparezcan nuevas necesidades. ¿Puede ser este el motivo de que nos hagan acudir mensualmente a sus establecimientos? Espero que no porque su futuro se quedaría en el carro metálico con las ruedas estropeadas.
Yo creo que influyen muchos factores. Uno de ellos es el que tú comentas de la «Generación de necesidades». Pero más que de las grandes superficies creo que el problema viene «de fábrica». Muchos fabricantes están acostumbrados a una distribución de sus productos con estrategias push, meter el producto por los ojos al comprador, incluso muchas tienen inspectores encargados de ir de supermercado en supermercado comprobando que su producto esté situado en determinado lugar y con la presentación adecuada. La distribución por internet encaja más con una estrategia pull, el usuario va a buscar un producto determinado de una marca determinada, o el producto de mejor precio… etc. Quizá podría pensarse en sistemas de «recomendación de productos» con los correspondientes acuerdos con los fabricantes…
Otro problema es el de los productos en los que el cliente necesita la confianza que le proporciona elegir qué unidad quiere exactamente: Carne, pescado, huevos, etc. Hablo incluso desde mi propia experiencia. Aunque confío en la compra de muchos productos através de internet, como usuario quiero elegir qué bandeja de filetes quiero, qué pescado quiero, quiero probarme la ropa que voy a comprar, quiero elegir los yogures del final de la estantería, que veo que no están rotos y además tienen la fecha de caducidad más alta… Existe una opción, que es que las grandes superficies empleen un sistema eficaz para distribuir productos que no requieran alta confianza, pero quizá el usuario vaya a buscar todos los demás productos a las tiendas de barrio… perdiendo un buen trozo del pastel.
En resumen, creo que estoy de acuerdo en que, de momento, no interesa…
Buenos temas.
El primer factor merece un análisis, los propios proveedores se negarían a la venta por un canal directo.
El segundo factor implica trabajar con diferencia entre productos perecederos y no perecederos. No tengo claro que el comprador necesite «tocar» el producto.
Particularmente creo que la cesta de la compra on-line es cuestión de tiempo. Igual que la tienda «de barrio» fueron absorbidas por las grandes superficies, ¿dónde quedó el trato personalizado y la confianza de la tienda de siempre?